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En un mundo cada vez más tecnológico, donde los avances son imparables, soñar con la autonomía de las cosas, de los objetos que utilizamos a diario, no es algo tan extraño o lejano. Internet de las Cosas, también conocido como IoT (Internet of Things) o M2M (Machine to Machine), está consiguiendo desarrollar aplicaciones que hacen que esto sea posible.

Qué es el Internet de las cosas

Pero, ¿qué es esto de Internet de las Cosas? Más que un concepto, es una idea de nuestro mundo, que pretende conseguir una relación más estrecha entre nosotros mismos y los objetos. Tal y como su nombre indica, supone la conexión de las cosas a Internet, además de hacer que todo se vuelva más interactivo.

Un ejemplo muy sencillo sería la conocida casa del futuro. Un hogar en el que la calefacción se ponga a funcionar poco antes de que lleguemos a casa o donde el frigorífico sea capaz de analizar todo lo que tiene dentro y hacer él mismo la compra por Internet para que nos la traigan a casa. Esta automatización de los objetos que hasta hace poco sonaba a ciencia ficción, hoy es ya posible.

¿Cómo funciona el Internet de las Cosas?

Hoy por hoy, ya se ha desarrollado toda una serie de tecnologías que permiten que Internet de las Cosas sea posible. Sistemas formados por chips, sensores, actuadores, contadores, cámaras y también otros avances más cercanos a la robótica, hacen posible que un cepillo de dientes te avise de si tienes una caries e incluso que llame al dentista para pedir cita.
Es decir, todo un circuito de comunicación, en el que no puede faltar, como es lógico, la conexión a Internet.

Utilidades del Internet de las Cosas

Son muchos los que se preguntan hasta qué punto esta nueva tecnología puede ser verdaderamente útil. Lo cierto es que todavía no ha calado entre el público de masas, pero, sin embargo, la Industria 4.0 ha encontrado en el Internet deoT un gran apoyo para su avance, al igual que otros sectores.

El control de las infraestructuras urbanas es una de las principales aplicaciones de Internet de las Cosas. Bastante conocidos son los distintos proyectos de Smart Cities que se desarrollan en importantes ciudades de todo el mundo, para poder gobernar de una manera automática la vida de las ciudades y hacerlas más sostenibles, con sistemas que permitan, por ejemplo, mejorar el tráfico de una calle con sólo conocer la cantidad de vehículos que están circulando en ese momento o controlar vías férreas, puentes, etc.

También el control el control ambiental ha sido uno de los grandes sectores beneficiados. Esta nueva tecnología permite algo tan sencillo como conocer el tiempo que hace fuera, hasta predecir y avisar de una catástrofe como un terremoto y tomar medidas al respecto.

Hasta tal punto se ha desarrollado Internet de las Cosas que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de Naciones Unidas ha redactado una serie de normas sobre cómo aplicarlo en las ciudades.
Pero como ya avanzamos, ha sido la industria de producción masiva la que ha encontrado mayor beneficio en Internet de las Cosas. En la actualidad los procesos de producción cuentan con sistemas capaces de controlar cada etapa de la fabricación. La industria dispone de todo tipo de robots, además de sensores de movimiento y temperatura o sistemas de control, que están conectados a Internet, haciendo así que sean más autónomos.

Todo ello permite a las empresas reducir costos, acelerar los procesos y aprovechar en mayor medida los recursos tecnológicos. Así, con la automatización de los sistemas y la producción, si una incidencia antes suponía el desplazamiento y reparación por parte de un operario, ahora podría ser reparada desde la misma oficina por medio de un ordenador, reduciendo así costes y tiempos.
Internet de las Cosas camina junto con la industria hacia la empresa del futuro. El aprovechamiento del Big Data y de los grandes avances tecnológicos nos lleva a una nueva forma de trabajo más sencilla y optimizada.


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