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Es en las ciudades donde probablemente más se notara la evolución en las formas de hacer las cosas, condicionadas por la utilización de las TIC.
Recientemente he moderado dos mesas en los congresos nacionales sobre smart city en Ponferrada (ciudades digitales) y Elche (Thinking Capitals Congress Elche 2012), en los que se debatía sobre como las TIC revolucionan las ciudades y tanto en uno como en otro se llegaba a la conclusión que este cambio será rápido e imparable independientemente de la crisis; es más, quizá por la crisis se aceleren ciertos temas como los eléctricos por motivos de ahorro energético.
En una de las mesas se hablaba del Internet de las cosas y es en detalles de lo que va a suponer el paso de utilizar un Internet basado en IPv4, donde en cada metro del planeta solo se puede interactuar con algún dispositivo, por la limitación de numeró de direcciones, a pasar a la IPv6 donde en cada centímetro cuadrado del planeta se podrá interactuar con miles de elementos, con miles de “cosas”.
Las ciudades cambian al cambiar los ciudadanos en  la forma de interactuar con el medio. Estamos en una sociedad donde han aumentado los datos gestionados en un 900% en los últimos dos años y en esta sociedad hay que preguntarse, hasta qué punto la formación de los ciudadanos es básica para convivir con la tecnología o la importancia de que esta tecnología sea trasparente al ciudadano
En los debates surgieron algunas preguntas sobre la participación del ciudadano: ¿Cuál es su papel en lo tecnológico? ¿Se requieren usuarios pasivos? ¿Usuario activo (refiriéndose al aspecto de social media)? ¿Hemos analizado el peligro invasivo de Internet  en los ciudadanos? ¿La tecnología permite el intrusismo? ¿En qué ámbitos de la gestión de las ciudades puede tener un mayor impacto las tecnologías?
Y es en este entorno de preguntas cuando tenemos que reivindicar la importancia de Internet como plataforma de servicios a los ciudadanos. Pensar lo que supondrá, en la utilización de elementos móviles, el que desaparezca la limitación que supone el tener que estar cargando las baterías continuamente, o que no tengamos que estar identificándonos con contraseñas cada vez que entramos en cualquier sitio, o que los ordenadores interpreten nuestros pensamientos. Las comunicaciones minimizan las brechas tecnológicas y permitirán que cualquier ciudad del mundo puedan tener las mismas oportunidades.
Todo esto es para ir pensando y desde aquí, desde Clavei, iremos lanzando la información que detectemos para minimizar los riesgos de no utilización de las TIC.
 imagen: Stuck in Customs


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