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Se habla mucho de transformación digital en las empresas, de la necesidad imperiosa de esta transformación para poder perdurar en el mundo actual. Pero lo cierto es que es complicado transformar algo en la empresa si las personas que la componen no entienden esta transformación y no están dispuestas a evolucionar. Estas personas son quienes deben ejecutar esta transformación, empleados, responsables y directores que no comprenden, al no existir una implicación personal en ello, que el mundo profesional está cambiando y que lo digital y social es cada vez más importante.

Partiendo de algo tan común como son las redes sociales, una persona que no las utiliza de forma personal, un ámbito donde es más fácil arriesgarse y ser innovador, que no practica y desarrolla estos canales de comunicación, que no está habituado a estas fuentes de información, difícilmente lo hará de forma profesional. Entonces es cuando se cometen fatales errores en procesos de transformación mucho más complejos dentro de las empresas.
Esta podría ser una primera fase para cualquier transformación digital en una empresa, empezar por las personas y aquí las redes sociales tienen un gran valor.

¿El empleado que utiliza las redes sociales vale mucho más? ¿Qué le aporta ser activo en ellas?

La función de las redes sociales para el empleado es principalmente, en cuestiones de transformación digital, dar valor a la marca personal. Erróneamente pensamos en autobombo, en ego, pero si desarrollas tu marca personal de forma correcta, sólida y orientada, acabas consiguiente un alcance mayor, mayor facilidad para conseguir colaboraciones y te resulta más fácil seguir creciendo profesionalmente. De hecho, hay una batería de acciones detrás del marketing en redes sociales que te conviene conocer.
Hay que entender también las redes sociales como un canal más de acceso a la información, más allá del seguimiento de noticias sobre nuestra rama profesional, permite encontrar y seguir a personas que pueden aportarnos valor con sus contenidos o seguir tendencias que nos interesan.

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El error de pensar que la cantidad implica calidad

Las nuevas empresas y también las viejas que se actualizan, buscan y se interesan en incorporar a personas con estos perfiles, perfiles con una imagen más pública y que se proyectan en Internet. Un error común es pensar que cuantos más seguidores/contactos, mayor proyección se tiene en Internet, esto no vale para todos los ámbitos. No puedes comparar perfiles si uno se dirige a un público muy grande y generalista y otro se dirige a un público más concreto, pequeño y determinado. En este segundo caso, la fuerza y capacidad de publicidad es menor y menos relevante, lo interesante es que te sigan las personas adecuadas para poder influir sobre ellos.

¿Qué aporta a las empresas que sus empleados sean activos?

La imagen que estos proyectan en redes sociales es un gran activo para la empresa, se convierten en embajadores de la marca. Muestran al exterior lo que se hace dentro de la empresa, más allá del canal corporativo y/o tradicional. Las personas hacen más visible la empresa al mostrar el trabajo del día a día, los productos, los proyectos, etc. esto mejora la imagen de la empresa y muestra su capacidad de atraer talento.

La capacidad de influencia es una faceta que la empresa de hoy debe desarrollar en sus empleados

Hay empresas que bloquean totalmente el acceso a Internet y/o a las redes sociales a sus empleados, cuando es algo que con una estrategia bien diseñada se convierte en una vía de comunicación y visibilidad de su talento.
El empleado que le interesa a la empresa es aquel que además de ser bueno en lo suyo y se actualiza constantemente en su materia, tiene que ser capaz de mostrar y poner en valor todo su conocimiento, convirtiéndose en referente para otras personas que les buscarán y seguirán. Este público objetivo no se valora en número, una métrica simple, si no en calidad y seguidores adecuados.

¿Y qué aportan las empresas?

Una empresa tiene que aspirar a tener en su organización el máximo talento posible, un talento de tal calidad que se lo quieran quitar otras empresas y al mismo tiempo ser suficientemente buena para retenerlo, incentivando a las personas para que se queden.
Para tener al mejor talento, la empresa tiene que ser la mejor empresa para el empleado. Esto al final repercute en un empleado que se siente muy valorado por la empresa y además percibe que la misma le ayuda a desarrollarse y a crear una situación en la que las empresas se pelean por ti.

El camino en la transformación digital

Dentro de la transformación digital de las empresas, lo social toma un gran protagonismo. Aquellas empresas en las que sus empleados sean usuarios de redes sociales y sepan sacarle partido de forma general y profesional, estarán más capacitadas y preparadas para los procesos de transformación digital que se avecinan.

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