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Todos conocemos que es una impresora, un dispositivo que nos permite, valga la redundancia, imprimir cualquier archivo sobre un papel. Esta impresión es lo que llamamos bidimensional o 2D, es decir lo impreso tiene altura (Y) y ancho (X).

La impresión 3D es el siguiente paso, con esta impresión además le añadimos profundidad (Z), con esto conseguimos objetos tridimensionales, abriendo un abanico casi infinito de posibilidades.

¿Cuáles son las ventajas de la impresión 3D?

Para entrar en materia podremos empezar a describir las ventajas claras de esta tecnología disruptiva:

  • La impresora 3D es multiusos, es decir, puede manufacturar infinidad de productos diferentes, se acabó el crear costosas máquinas que solo pueden crear objetos concretos.
  • Nueva tecnología, y lo que ello conlleva, desde nuevas posibilidades hasta nuevos puestos de trabajo, pasando por nuevas formas de hacer negocios.
  • Personalización: nivel de personalización del producto hasta, literalmente, el milímetro.
  • Reducción de costes, los materiales son muy asequibles y en apenas unas horas tendremos prototipos.
  • Optimización, una vez tengamos una impresora 3D, si le añadimos un potente software, como puede ser el Open source “CURA”, podemos optimizar tanto tiempo como coste de los materiales basándonos en nuestra experiencia con la impresora.
  • Cantidad enorme de materiales disponibles, y cada día aumenta.
  • Una comunidad enorme, es intrínseco de esta tecnología el despertar nuestra curiosidad, lo que provoque que exista una comunidad que se ayuda, compartiendo conocimientos y creando nuevas ideas en torno a las impresoras 3D.

Desde la creación de llaveros a construcciones de coches, la impresión en 3D no es más que una base para poder llevar a realidad las ideas que tengamos. No creo que haya nada más emocionante para un diseñador que hacer realidad lo que antes estaba en su cabeza, podríamos resumirlo en tres conceptos, lo imaginas, lo diseñas, lo tienes.

¿Cómo funciona?

Explicándolo de una forma más técnica, las impresoras 3D funcionan calentando un material mediante un dispositivo llamado extrusor, que superpone las capas del material compatible que estemos utilizando, le cargamos a la impresora el archivo que queremos imprimir y ya está, ella se encargará de crear el objeto que estábamos imaginando.

Mediante un software compatible, este dividirá el objeto que hemos creado en capas que la impresora interpretará como coordenadas para saber dónde debe colocar el extrusor.

Se han acabado las largas esperas desde que envías tu diseño al proveedor y este te lo crea, con una impresora 3d en apenas unas horas tendrás el diseño que has creado, pudiendo comprobar si es como imaginabas y permitiendo corregir o modificar lo que creas conveniente y volver a lanzar la impresión.

Escáneres 3D

Ya sabemos cómo convertir un diseño en un objeto 3D, pero, ¿podemos hacer el proceso inverso?, pues sí.

Para ello está el complemento perfecto de una impresora 3D, el escáner 3D, como podéis imaginera el escáner 3D digitalizará nuestro diseño físico.

Con esto podemos pasar diseño que no tengamos en digital, o que sean producto de otra maquina diferente, y digitalizarlo, pudiendo cambiar parámetros y corregir/mejorar lo que queramos.

¿Qué tipo de aplicaciones reales tiene?

No solo abarata costes y tiempo en temas de prototipos, además permite personalizar cada objeto con las medidas que nosotros le indiquemos.

  1. Un arquitecto podrá comprobar como quedaba el diseño que tenía en mente.
  2. Un diseñador industrial podrá ir testeando hasta encontrar las medidas exactas para su engranaje.
  3. Un modelista de zapatos podrá en apenas unas horas ver el diseño de su zapato, comprobando así si necesita correcciones.
  4. Una constructora podrá imprimir, a escala, un proyecto pudiendo comprobar si lo que veían en la oficina de diseño queda igual de bien en la realidad.

Las posibilidades son enormes y los límites está en nuestra capacidad de imaginar, si a esto le añadimos la cantidad de materiales que existen, nos permite una variedad enorme.

Y esto solo acaba de empezar, es un mercado emergente en el que cada vez salen más ideas y más tipos de creaciones.

La Comunidad

Aunque ya lo he repetido varias veces, se merece un apartado para ella sola “la comunidad”.

Productos como el arduino o la raspberrypi demuestran realmente el potencial gracias a la comunidad de internet.

Productos como estos logran usos que ni los creadores conseguían imaginar cuando los diseñaban, estos es precisamente lo que pasa con las 3D.

Páginas como youimagine.com o thingiverse demuestran, con un rápido vistazo, la cantidad de cosas que se pueden crear.

Es bien sabido que un producto con una comunidad fuerte está condenado a triunfar, a establecerse y desarrollarse sin límites, es por ello que una comunidad involucrada, como es este caso, es tan importante.

El futuro

El futuro de las impresoras 3D es otra de sus muchas ventajas, y es que no está definido aún un límite para este tipo de tecnología, ya hay impresoras que construyen casas en pocos días, otras que imprimen coches, ropa, incluso comida.

No está nada claro hasta donde nos va a llevar esta tecnología, y lo digo en el mejor de los sentidos, cada día aparece un medico con una nueva idea, un ingeniero con un nuevo proyecto, que hace avanzar a “las 3d”.

La NASA ya está estudiando como imprimir estaciones enteras para colonizar otros planetas, hay empresas que ya experimentan con comida impresa (por muy raro que parezca), incluso en medicina imprimen prótesis totalmente funcionales y personalizadas.

¿Por qué es el mejor momento para adoptar la impresión 3D?

Lo mejor que tienen las impresoras 3D es que estamos en el momento perfecto, es una nueva tecnología que ya ha demostrado su base potencial, que ya tiene un negocio debido a sus enormes ventajas, pero, como he recordado varias veces en este artículo, no se le conoce límite, es una tecnología que evoluciona y mejora cada día.

Todo este cóctel de factores provoca que ahora mismo sea el momento perfecto para entrar, ni es una tecnología ya “quemada” de tanto uso, ni es tirarse a un pozo oscuro apostando por algo novedoso.

Permite la versatilidad que nosotros queramos darle y evolucionará gracias a una comunidad activa que experimenta y mejora, un producto que podemos decir que es la definición pura de Siglo 21.


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