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“Necesitamos personas que puedan soñar con cosas que nunca han existido” (John F. Kennedy, 1963)

 

La carrera espacial cautivó la imaginación infantil de mi generación. Crecí viajando con la nave estelar “Enterprise …, hasta alcanzar lugares desconocidos”.

La Transformación Digital, es como una nueva misión de la nave Enterprise, hacia un mundo inexplorado. Afecta a todo el ecosistema empresarial: clientes, proveedores, empleados y socios. No distingue por tamaño, ni estructura. Desafía los modelos de negocio actuales y exige propuestas de valor más atractivas para atraer el nuevo perfil de consumidor y de colaborador.

“Los éxitos del pasado, no garantizan el futuro de tu empresa”.

El informe de Cisco  “Vortex Digital: ¿Cómo la Disrupción Digital está redefiniendo Industrias?”, investigó en 2015 la situación industrial en 13 países diferentes y planteó algunas perspectivas, alertando que en 5 años corrían el riesgo de desaparecer el 40% de las empresas existentes, por su incapacidad para afrontar los requerimientos de la revolución digital.

La evolución hacia este nuevo paradigma de decisión acelerado, demanda nuevas habilidades, nuevos perfiles profesionales y una gestión adecuada de las diferentes actitudes intergeneracionales que conviven en el mismo ecosistema laboral.

Los cambios demográficos en España y los desajustes académicos en los planes de estudio, están provocando escasez de perfiles STEM para llevar a cabo la conversión digital de las compañías. El mayor riesgo para las empresas en los próximos 3 años será la pérdida de talento. Atracción y fidelización, son una prioridad estratégica.

Según el informe de KPMG 2018 CEO Outlook para España:

“Los máximos ejecutivos no dudan en que la agilidad se ha convertido en la nueva moneda empresarial: quien sea demasiado lento, simplemente desaparecerá, dice el 86% de los CEOs españoles”.

Para impulsar esa agilidad hay que apostar por la creación de ecosistemas empresariales Lean Thinking (pensamiento ligero) y aplicar técnicas emergentes como el Data Analytics (análisis de datos).

Metodologías Ágiles: “cambio de mentalidad”

Las metodologías ágiles se centran en las personas, fomentan el aprendizaje y la mejora continua para aprovechar la inteligencia colectiva. Las más conocidas son Lean y Scrum.  Ayudan al cambio de mentalidad y promueven métodos de trabajo que facilitan la transformación de la organización al modelo digital.

Ambos sistemas son anteriores al “Manifiesto Agile”, suscrito para el desarrollo de software y publicado en 2001. Si bien, sus redactores se inspiraron en los mismos para su elaboración.

Su posterior evolución a diferentes estrategias empresariales y sectores de actividad, permite a las compañías que aplican esta filosofía de trabajo ser capaces de adaptar la ejecución de sus proyectos a las cambiantes necesidades del mercado, reduciendo la incertidumbre y generando confianza en el cliente.

El Datoísmo (la religión de los datos). 

El catedrático y ensayista Yuval Noah Harari, ​en su libro Homo Deus: Breve historia del porvenir, identifica el “datoísmo” como una religión.

Los datos son el alma de las empresas. Y las técnicas de Data Analytics son una de las principales prioridades estratégicas que han de abrazar para tomar decisiones ágiles, desde todos los niveles de la organización.

Según PwC en el año 2021 el 69% de los empleadores exigirá que los candidatos tengan conocimientos en ciencia de los datos.

La intuición es una “creencia romántica”, poco fiable.

Lamentablemente, “el 82% de los consejeros delegados españoles confía más en los datos históricos que en la analítica predictiva. Y confiesan haber tomado decisiones basadas en la experiencia, en los últimos tres años”. (KPMG 2018 CEO Outlook)

Síndrome de Diógenes: “Si metemos basura, el sistema devuelve basura”.

Evidentemente, hay que depurar la información. Saber ¿qué queremos medir y para qué?

 “Los directivos que en los próximos años logren combinar su experiencia e intuición con la visión que aporta el Data Analytics, conseguirán mejores resultados en su empresa, aprovechando el potencial que tiene la analítica predictiva”. (KPMG 2018 CEO Outlook)

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¿Cómo ser directivo de una compañía ágil?

1. Aprender, hacer, enseñar y dejar hacer, para seguir aprendiendo.

Fomentar el aprendizaje y la mejora continua, empodera a toda la organización. Transformar la cultura de la empresa, exige de los directivos ser los primeros en dar ejemplo, para impulsar el cambio de mentalidad.

2. Tu compromiso es la mejor garantía de éxito.  

Aplica una política de comunicación íntegra e inspiradora. Para trascender se necesitan valores y propósito. Proyecta en tus equipos metas desafiantes, alineadas con la misión de la compañía. Y planes de negocio realistas, con objetivos medibles y alcanzables.

3. Cuanta más tecnológico sea el entorno, más colaboración y menos ego.

Frente al modelo tradicional “jerárquico” (órdenes impuestas de arriba hacia abajo), desarrolla un sistema “redárquico” (decisiones de abajo hacia arriba) para que fluya la inteligencia colectiva, facilitando la toma de decisiones dónde se genera la información mediante cuadros de mando que aporten indicadores clave de rendimiento.

4. Haz que prime la agilidad sobre el control.

Acepta que tus colaboradores “saben hacer” mejor que tú, su trabajo. Como directivo tu responsabilidad es darles autonomía y poder de decisión en todo aquello que afecta a su desempeño. Abandona el control y empodérales con recursos y herramientas para que desarrollen su potencial.  No apliques reglas, identifica restricciones (coste, tiempo y alcance).

5. Retribuye atendiendo al grado de iniciativa y responsabilidad

Determina el salario de tus colaboradores atendiendo a su iniciativa y capacidad para tomar decisiones y no a su disciplina para cumplir órdenes.

6. Innovar no es concebir una idea, es ejecutarla.

Crea un entorno de colaboración y aprendizaje que promueva la mejora continua. Las “lecciones aprendidas” desde la tolerancia al error, son una oportunidad para impulsar la innovación. Fomenta el compromiso e implicación de las personas, desde la creatividad. Penalizar, sí es un error.

7. Las personas no se van de las empresas, se van de sus jefes.

El reto es alcanzar un entorno de confianza que haga sentirse a las personas apoyadas y reconocidas, en su trabajo.

Larga y próspera vida, a tu empresa.

Nueva llamada a la acción


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